Entendemos la evaluación como un mecanismo de control de gestión, que sirve para convalidar o reorientar el aprendizaje. Es un elemento regulador del proceso de enseñanza / aprendizaje. No sólo debe realizarse en los alumnos sino también en el grupo docente para garantizar su evolución desde acciones concretas.

Con relación a los alumnos:

Es una evaluación externa que tiende a transformarse paulatinamente en autoevaluación. Para que el alumno aprenda gradualmente a realizarla se explican los criterios involucrados y se realizan correcciones grupales. El estudiante podrá así asumir un rol activo en su proceso de aprendizaje.

Los criterios de evaluación incluyen los desempeños deseables en cuanto a la aptitud demostrada y a la actitud manifesta.

Consideramos prioritaria la verificación de objetivos del curso, siendo decisivo el nivel de conocimientos y solvencia que el alumno demuestra, tanto en los trabajos prácticos como en el desempeño en el taller.

Por esto consideramos fundamental la participación activa en el mismo. Analizamos la capacidad de comunicación e interacción del alumno, con sus pares y con el docente. Verificamos también cómo explica sus proyectos y el modo en que utiliza los distintos medios expresivos durante la exposición de sus propuestas.

Se requiere calidad, rigor y precisión en la presentación final del trabajo, organizada siguiendo un orden que el alumno o el grupo propone. Consideramos relevante analizar su capacidad de planificación y organización. No esperamos una adecuación a modalidades estereotipadas de cada docente sino que buscamos que el alumno llegue a propuestas finales atractivas y fundamentadas.

Se tiene en cuenta la evolución de cada estudiante a lo largo del año, aunque esto no es suficiente si no alcanza el nivel de capacitación requerido para pasar al siguiente nivel.

A su vez se espera que el alumno cuente con voluntad de acceder al aprendizaje, de iniciar un camino de búsqueda, donde la perseverancia será importante ya que deberá pasar por momentos de frustración que se superarán con los logros sucesivos. Se promueve el desarrollo de una actitud crítica, activa e investigadora brindando bibliografía y datos para que los estudiantes puedan fundamentar y justificar sus opiniones.

Todo esto debe darse en el marco de una actitud responsable que garantice el cumplimiento de la dinámica del taller y desarrolle en el alumno la capacidad de organizar su tiempo para cumplir en tiempo y forma con el trabajo requerido. Esto supone asumir un compromiso con su formación, con el contenido que va a tener su título profesional universitario.

Trabajos Prácticos
Se deberán aprobar en su totalidad y en forma completa con la entrega en fecha. En caso que el trabajo sea insuficiente existen dos instancias:
1. Trabajos a completar: Son aquellos que presentan problemas menores de corrección que deberán ser corregidos o rehechos clase por medio de la devolución del mismo. Si esto no se cumple el trabajo pasa a recuperatorio.
2. Trabajos a recuperar: Son trabajos que son insuficientes porque no cumplen ni con los objetivos ni con las especificaciones del práctico o que son entregados fuera de término. Solo un 20% del total de las entregas puede recuperarse en una fecha al final del cuatrimestre correspondiente. Superado ese porcentaje se pierde automáticamente la regularidad. Aunque el trabajo entregado fuera de término sea correcto se pierde una de las posibilidades de recuperatorio.

Al final de cada cuatrimestre deberán entregarse anillados todos los trabajos realizados, junto con sus desarrollos y la guía del trabajo práctico correspondiente. Cada alumno incorporará a la misma una ficha de autoevaluación que será explicada oportunamente.